Consejos para conservar y usar nuestros jabones artesanales

La curación de nuestros jabones artesanales garantiza su duración en el tiempo, siempre que su conservación y su uso sean los adecuados. Te damos algunos consejos para sacar el máximo partido a cada una de nuestras pastillas de jabón.
Nuestros jabones artesanales se elaboran mediante un proceso en frío, tras el cual pasan una etapa de curación de al menos un mes antes de poder ser utilizados. En nuestro obrador intentamos alargar este periodo siempre que podemos, ya que el jabón va ganando propiedades conforme más tiempo de curación tiene.
Por una parte, el jabón adquiere más dureza y por ello tarda más tiempo en irse deshaciendo con su uso. También la espuma que genera es mucho más cremosa y consistente, aspecto que gusta mucho a nuestros clientes. Y por último y no menos importante, los jabones artesanales con un proceso de curación largo resultan más hidratantes para nuestra piel.
Teniendo en cuenta todo lo mencionado anteriormente, convendría que el proceso de curación de los jabones naturales fuera lo más largo posible, pero para ello hay que tener en cuenta las condiciones en las que se deben conservar los jabones, para evitar que éstos pierdan propiedades y puedan estropearse con el tiempo.
Nosotros contamos con la gran suerte de que en la zona donde nos encontramos las temperaturas son en general frescas y las humedades relativas no son excesivamente altas. Ambos aspectos nos ayudan mucho para asegurar su buena conservación.
Por otra parte, nuestras instalaciones están diseñadas de tal forma que en la sala de curación y de almacén los jabones no reciban la luz directa y tampoco haya muchas variaciones de temperatura.
Conservación de los jabones artesanales en casa
Recomendamos a nuestros clientes que antes de usar nuestros jabones artesanales los conserven en un lugar fresco, seco, que no esté expuesto ni a la luz solar ni a cambios bruscos de de temperatura. Estas son las condiciones idóneas para que los jabones naturales pierdan el menor número posible de propiedades.
El principal deterioro que pueden sufrir los jabones naturales con el tiempo si nose conservan en óptimas condiciones, es que los aceites y mantecas que los componen tiendan a oxidarse. En este caso, lo que se produce es un enranciamiento de dichos aceites, por lo que el jabón tendería a perder su agradable aroma original. No obstante, a pesar de ello, los jabones se podrían llegar a utilizar, ya que en realidad no nos podrían hacer ningún perjuicio en nuestra piel.
Al ser en formato sólido, nuestros jabones naturales apenas contienen agua y por ello no se corre el peligro de que puedan contaminarse, como ocurre con otros productos cosméticos.
¿Qué hacer para que el jabón dure más?
Una vez que el jabón se empieza a usar es muy importante dejarlo en una jabonera que drene. Lo que queremos decir con esto es que la jabonera que elijáis debería tener alguna rejilla o sistema que permita que el jabón se mantenga lo más seco posible.
De esta forma, cuando lo vayáis a usarlo no estará blando, por lo que no se deshará fácilmente y con ello alargaremos notablemente la vida del jabón. De esta forma nos aseguramos de “no tirar oro por el desagüe”.
Cómo usar el jabón
Os presentamos a continuación nuestros consejos de uso, basados también en sugerencias o propuestas que nos comentan nuestros/as clientes/as.
Limpieza facial con jabones artesanales
Nosotros solemos recomendar humedecer el jabón debajo del chorro de agua, frotarlo y después dejarlo en la jabonera para poder aplicar la espuma cremosa que tendrás en las manos.
Aunque os lo aclaréis en el momento os va a hacer efecto, pero en el caso de tener un problema severo de piel, como puede ser de psoriasis, eccemas, acné… Nosotros aconsejamos intentar tenerlo un rato antes de aclararlo para que los principios activos del jabón puedan hacer más efecto. Por ejemplo, mantener la espuma en la cara mientras os laváis los dientes.
Limpieza corporal con jabones artesanales
En el caso de aplicarlo por todo el cuerpo, nosotros solemos recomendar mojar bien la pastilla de jabón y directamente ir frotando con ella las diferentes partes hasta que estén enjabonadas.
Muchas personas que están acostumbradas a utilizar jabones en formato gel piensan que el uso de las pastillas en sólido es más incómodo, pero en realidad no es así, ya que en un momento te puedes enjabonar todo el cuerpo.
No obstante, hay gente que tiene costumbre y prefiere frotar la pastilla directamente en un guante y también está bien. Otra opción que nos han comentado algunos clientes es meter el jabón en unas bolsitas de algodón y a la hora de aplicarlo colgarlas de la muñeca, de esta forma te aseguras que el jabón no se escape de las manos y además saca más espuma.
Esta última opción es muy buena para poder aprovechar hasta el final los trocitos pequeños que quedan cuando el jabón se está acabando y después de su uso se puede dejar en su interior para dejarlo colgado y utilizarlo así de jabonera, asegurando que el jabón se mantenga seco y duro para el siguiente uso.